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lunes, 18 de junio de 2012

EL PLACER DE MI MANO EXPLORADORA



Nuestra cómplice en acción
 La creación nos doto de un cuerpo perfecto, funcional en todo los sentidos. Si lo sabemos cuidar y darle el mantenimiento  indicado nos funcionara a la perfección hasta el fin de nuestros días.
En este maravilloso cuerpo se nos incluyo una serie de elementos para dar y obtener placer: terminaciones nerviosas, los sentidos como el tacto, olfato, el gusto, la vista, y órganos específicos para llagar asentir que estamos en el paraíso sin salir de este estado terrenal.  Cuando utilizamos todos estos elementos, ya sea en conjunto o en serie, vamos encaminando nuestro cuerpo y mente motivando la libido. Buscamos, encontramos y obtenemos el placer requerido.
Entre más pelo en pecho
 más cachondos nos ponen
Decía, que en serie los utilizamos porque primero miramos, observamos,  el mundo esta lleno de esas criaturas hermosas que nos deleitan la pupila con sus cuerpos, cuantas veces miramos sus nalgas redondas, erguidas que en nuestros sicalípticos pensamientos nos gritan ¡tócame! Y te conduces a través del escaneo a observar además de sus glúteos sus torneadas  piernas, el paquetazo que trae entre ellas,  vas subiendo la mirada para deleitarte con sus bien formado pecho y te detienes a ver sus frondosos pectorales coronados con una pequeñas aureolas llamadas pezones y si es peludo mejor, claro según los gustos,  continuamos la inspección a través de sus brazos que se muestran potentes en su forma leonesa y terminan en las poderosas manos que desearas te manoseen a la fuerza que denotan. Seguirás hacia su cuello, observaras sus carnosos labios, que si te sonríen, harán que tu calzón parezca un  yo-yo, llegaras a su mirada, una mirada que determinara muchas cosas.
El siguiente paso de esta serie será el tocar, o quizá oler, sentir el aroma de un cuerpo que te pone candente es indescifrable, hay tipos que traspiran un olor propio, o serán ¿sus feromonas? Que te ponen a mil, y claro, muy común es el perfumado artificial, que si lo saben escoger te deleitaran con sus olores caros. ¡Que rico!, ¿no?.

Miramos esas nalgas que nos
 gritan ¡tócame!
Y si de tocar se trata, contamos con una cómplice, nuestra “manita exploradora”  vaya que inteligente fue el creador de darnos las partes, medidas y los órganos de acuerdo a nuestras necesidades.
Mi mano tocara, manoseara, descubrirá y dará el placer que le requieran. Ya sea en lugares prohibidos o en los indicados para la intimidad, no me desmentirán todos aquellos que metrean cotidianamente que su mano es su mejor cómplice al momento que un cuerpo desconocido y seguramente ya escaneado se acerca, ya sea que te repegue las nalgas o la verga te dejaras llevar por tus instintos salvajes y… ¡a manosear!  Que es lo que el cuerpo necesita, tocaras hasta donde el que te lo pide te permita. Hay quienes ya se hicieron expertos en estas lindes del manoseo.
Piel tersa y aterciopelada a cargo
 de proteger nuestro gran tesoro
Que hay cuando estas con la persona perfecta, la indicada con quien ya tienes mas que una relación de cogedera, esa que ya es tuya en cuerpo y alma, a quien amas y conoces a la perfección que despiertas en las mañanas con el recorrer de tu mano exploradora. Hagamos una crónica de una de esas mañanas cuando tus ojos se abren, bostezas, te estiras y en el estirar, no se porque, siempre nuestra mano toquetea nuestros genitales, quizá porque es  a donde llega de primera instancia, esto te recuerda algo, que a tu lado hay alguien muy manoseable te volteas hacia él y muy cariñosamente le tocas la cara, el ni se inmuta, bajas la mano y tocas su afelpado pecho lleno de pelos te inclinas un poco y lames un pezón oyes un suspiro y volteas a mirarle su rostro y no a abierto ni los ojos sigues tocando hacia sus estomago, acaricias en torno al ombligo lo penetras y con nostalgia lo dejas para llegar al triángulo peludo de la tentación: la pelvis donde el pelo es mas encrespado y quizá mas grueso, ya no te detienes ahí, recorres el pequeño cilindro que esta entre tus dedos cubierto de un  sedoso prepucio, es increíble el tipo de piel con que esta cubierto el pene, es delicada, suave, tersa. Solo aquí y en los ojos he sentido este tipo de piel, la que tocaras para saborear su textura, que muy al contrariamente y casi sin sentirse
Nuestras manos llegan exactamente
a donde deben tocar, ¡perfecto!


ira creciendo entre tu mano y escapara por donde su crecimiento lo lleve, esa piel ahora recubre un potente y erecto garrote que emerge hacia adelante como guiando el destino del barco del placer que tienes enfrente, de ahí el termino de verga, seguirás con esas bolas de fuego llamadas testículos mejor conocidas como huevos que te indicaran que un poco mas abajo esta la cueva del placer, mojaras tu o tus dedos con saliva y penetraras cuidadosamente, oirás un quejido de dolor. Vuelves a mirar el rostro del amado que te observa sonriente, y sabrás que duele pero agrada, ya no hay mas que decir, a darle gusto al gusto, como diría la canción, a lamer, tocar, penetrar, sentir como mejor lo sepas hacer hasta lograr ponerle los ojos en blanco a la par de un orgasmo expresado en un venir de chorros de blanco y caliente esperma que si es de tu agrado te saborearas como la mejor de las leches de tu recién ordeñado acompañante.



El mundo esta lleno de esas criaturas hermosas que se presumen ante nosotros


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