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jueves, 29 de agosto de 2013

EVOLUCIÓN HOMOSEXUAL O SIMPLEMENTE EL DESTAPE DE LOS GORDOS


Los osos ¿una evolución Homosexual?
Antes de la época de los ochentas al homosexual se le identificaba como un hombre amanerado con la tendencia al travestismo o de imagen muy femenina. Hablo de esos valientes que tuvieron el valor de mostrarse como eran ante una sociedad represora y homofóbica. No hay que olvidar que siglos atrás había incluso un lugar específico para quemar o ahorcar a homosexuales al mismo nivel de un criminal. Los homosexuales que no eran valientes permanecían en el closet ya sea como hombres solteros, “quedados” que cuidaban a sus queridas madres, ese era el pretexto, y se reprimían sexualmente o llevaban una doble vida visitando tugurios donde sabían había travestis prostituyéndose; la otra era casarse y aparentar un matrimonio heterosexual, y lo mismo, terminaban sus parrandas en el mismo tugurio o cogiendo algunas veces con el compadre; o aquellos que para huir de los cuestionamientos del ¿Por qué no te has casado? Se metían al seminario a vivir una vida quesque de celibato, la verdad ya es muy conocida se daban cariño entre ellos o abusaban de los niños que eran feligreses, claro que no digo que en general, hubo quien sí se caso con Dios y llevo una vida correcta entregada a la espiritualidad, o terminaban visitando con menos frecuencia el mismo tugurio llevando una vida oculta cogiendo con prostitutos.

Por apariencia se fingía ser muy machos
 aunque les encantara coger  con hombres
No existía el prototipo del gay masculino, ellos permanecían escondidos, los homosexuales que buscaban sexo con machos, se daban el valor de ligar a cuanto cabrón heterosexual les gustara, muchas veces se llevaban el premio mayor de encontrar algún closetero que se los cogiera, aunque la mayoría de las veces se volvían la vida oculta y negada de estos. Y con una actitud homofóbica los despreciaban y atacaban en público, siendo que en la cama los adoraban. La otra eran que les tocara mala suerte y terminaran madreados por el macho que se ofendía por sentirse humillado por que el marica se lo quería ligar, claro que todos sabemos que muchos de esos machos, se los agarraban a puro vergazo, pero en el culo y después le pateaban el mismo con la justificación de que lo había hecho “Nada más para que supiera con quien se metían” el resultado: el puto contento, aunque adolorido, y no solo de su trasero, y el dizque macho satisfecho de mostrar su hombría y salvada su honra de macho, pero muy ocultamente de saborear esos culos masculino que tanto le agradaban. Y lo buscaría de nuevo cuando anduviera briago.
Habemos quienes no nos gusta la apariencia femenina
Pero afortunadamente para todos aquellos homosexuales varones que no estamos de acuerdo con vernos femeninos, simplemente porque no nos gusta, y que nos encantan los hombres. Surge en los ochentas, allá por San Francisco, una evolución homosexual. Los homosexuales que hasta entonces eran rechazados por los mismos homosexuales porque se les consideraba feos por gordos, peludos y en muchos casos por tener pitos pequeños. Es muy manejado que el gordo pues… “la tiene chiquita” aunque algunas veces solo es visual por la cantidad de grasa que hay alrededor del pene. Que al empujar esta grasa surge, como cualquier cuete de la nasa, un potente y rico mástil que nos hará feliz.
El tamaño del juguete puede ser una sorpresa
En esta evolución este hombre macho gordo y peludo definido en forma de broma y algunas veces en burla como un oso, se empieza a manifestarse surgiendo un movimiento cultural y social dentro de la comunidad gay. Este oso ya no se sentía el feo o quizás el feo que le podía gustar a otro feo igual que él; ya no le traumaba el status de belleza. No  buscaría adelgazar, ni depilarse el cuerpo, ni le preocuparía el envejecer; se daría el valor de mostrarse desnudo y mostrar su verga pequeña o no; que el mundo viera su volumen y que supieran que a él le encantaba coger con otro igual y que no había razón de rechazar su condición de hombre. Ahora, ya tenía una identidad social y sobre todo en la comunidad homosexual.
El oso ya tiene una identidad y aceptación
en el ambiente
Curiosamente este destape surge como respuesta al miedo de la epidemia del momento: el VIH. Una forma de identificar que la persona quizá no estuviera contaminada era el verles gordos y llenos de vida. Hay que tener en cuenta que mucha de la imagen del enfermo de sida que se difundía en esos momentos, era en etapas terminales, personas enfermas muy desgastadas físico-emocionalmente; que se veían en extrema delgadez, muy cadavéricos. Así que para ligar se pensaba en un tipo gordito, el que se creía estaría sano, el cual hasta entonces había sido rechazado.
 Este miedo al mal provoco el cierre de muchos lugares de ligue como las saunas y bares, pero hubo quien tuvo la visión de generar un bar para osos gay así surge el primer bar para osos: el Lone Star que fue el primer que abrió en South of Market. También surgen las fiestas exclusivas para ursos. Richard Bulger tuvo olfato suficiente como para empezar a publicar una revista (al comienzo, apenas un fanzine fotocopiado) con avisos de contactos y fotos de desnudos que no se correspondían con el clásico canon de belleza gay, “joven y flaco”. Otro detalle a considerar es que solo los jóvenes eran bien visto para el ligue dentro de la comunidad no heterosexual. Un factor muy importante para el crecimiento de la comunidad ursina fue el ciberespacio, aun no existía el internet, el correo electrónico como medio de comunicación hizo que esto acrecentara con mayor rapidez. De esta forma se dio a conocer la estética, gustos e ideas de los osos generando lo que hasta ahora conocemos.
Esto es muy importante porque la belleza en el homosexual es como el capital para obtener sexo, entre más guapo eres más se te facilita el conseguir con quien coger y hasta ese momento el ser gordo era sinónimo de fealdad, por lo tanto, el gordo no cogía tanto como él quería o al menos no con quien él quisiera,  su capital sexual era bajo. Son o deberían ser, débiles y marginalizados en todos los sentidos. No se les buscaba por feos.
Los cánones de belleza han cambiado y el ser
gordo, peludo y canoso ya no es
 sinónimo de fealdad

Si bien podemos pensar en los osos como una evolución que le dio apertura al hombre gay de decir “soy un hombre homosexual y me gustan los hombres, pero no las minifaldas” con total libertad. Han surgido dentro de este movimiento categorías de imagen, inicialmente, pues hay bears, chubbies, que son los osos y los osos jóvenes gorditos, no necesariamente velludos, respectivamente y para equilibrio surgen los Daddy  o los osos polares que son los osos viejos y canosos, pero si hay osos y existe a quien le gusten estos osos y no cabe dentro de la estética ursina pues surgen los chaisers (cazadores) y si dentro de estos cazadores hay quien es muy flaco pero peludo pues se les etiqueta como nutria y así sucesivamente surgen muy variables etiquetas para quien esta en común acuerdo con este movimiento. Ahora incluso ya también surgieron las ursulas que es la versión femenina de estos. Lo malo de estas etiquetas, clasificaciones o como le quieran llamar surgen de nuevo los feos que no encajaran entre estos y vivirán un rechazo como los gordos peludos de antaño:  ¿y quiénes son los feos ahora? aquellos que no encajan en caracteres sexuales secundarios de los varones adultos: el pecho ancho, la fuerza física, una copiosa cantidad de pelo en el cuerpo, típico de ciertos grupos étnicos (celtas, mediterráneos, semitas, por ejemplo), con la tendencia a engordar especialmente con el envejecimiento. Y por supuesto, aquellos que se ven débiles y afeminados.
Existen hermosos ejemplares de osos, esperemos que esto no implique una reacción discriminadora
En el pasado no existió un discurso sobre la masculinidad dentro del ambiente, en el imaginario no se consideraba a un homosexual hombre, fuerte y musculoso. El feo, fuerte y formal no era un ideal para el gay. Lo bueno de todo esto es que si hubo una apertura para el hombre no afeminado, ahora ya hay un lugar para ese gordo peludo y feo, realmente hay quien no es atractivo y sin embargo es muy bien recibido por su volumen y vellosidad. Ahora conviven tanto un oso teddy (que es como el bello) como un grizzli (que es el morenazo) o un polar (el viejo canoso) incluyendo a una nutria (el flaco, joven y velludo) y el cazador de estos. Tendremos que preguntar si dentro de esa evolución encontraremos al oso travesti o afeminado de los cuales creo ya se maneja la idea del oso rosa o el pink bear. Esperemos que esta evolución no se revierta y se termine con divisionismo y discriminación de estos por aquellos que no son sus similares. Pues no hay que olvidar que tienen un ideal de machos fuertes, voluminosos, peludos y nada afeminados aunque les encante la verga.
Tan sabrosos como todo oso
Un problema de este culto a la obesidad es que se hace a un lado la cuestión salud y a la larga estos osos obesos, que defienden tanto su gordura, terminaran enfermos por su misma gordura, con triglicéridos o colesterol altos, con una diabetes o hipertensión y si llegan a viejos, no hay que olvidar que estas enfermedades ocupan primeros lugares de mortandad, serán viejos flacos fuera de la estética ursina y lo peor es que hasta impotentes, pues estas enfermedades provocan la disfunción eréctil física, y quizá también sean segregados por estas cuestiones. Y se repiten las cuestiones del rechazo dentro del mismo ambiente.
No a la discriminatorio y si a reconocernos homosexuales parte de una diversidad de personalidades
Y es lo que debemos evitar, todo aquello que resulte discriminador dentro del mismo gremio. Sin olvidar algo tan importante, que a todos: gay, osos. Travestis, transexuales, etc. Nos mueve algo: que nos encanta la que se pone dura y no importa seas galán, gordo, femenino o quimera existe una sola definición para todos, que es la palabra: homosexual y esto implica que en nuestra cama queremos a uno de nuestro mismo género.
El físico es un agregado visual para llegar a un  máximo de placer

1 comentario:

  1. Contrariamente a la claridad estereotipada de la historia de la homosexualidad que aquí se repite escrupulosamente, yo he encontrado mi vida sexual un poco más complicada, menos simplificada. Me habría gustado que hubiera habido más honestidad y menos política al respecto de este aspecto de la vida.

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